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El origen de nuestra personalidad es alrededor de un 50% genético y un 50% ambiental. Nuestra herencia genética es como una semilla, que evoluciona en permanente interacción con miles de macro y micro experiencias, que nos vamos encontrando a lo largo de la vida desde que estamos dentro del útero en adelante. Nuestro entorno, nuestra educación, nuestra cultura, todos ellos determinan en gran medida la forma en que finalmente se desarrolla la semilla de nuestra personalidad. Los rasgos que queremos acentuar, demostrar, aquellos que intentamos ocultar o reprimir. El resultado es una combinación singular de herencia y ambiente que hace que cada uno de nosotros sea totalmente único e irrepetible.