Las probabilidades de sobrevivir perdido en el Amazonas se consideran inferiores al 10%, imagínate si además tienes 13 años y tres niños a tu cargo, incluyendo una niña de 9, un niño de 4, y un bebé de ¡11 meses!
La semana pasada nos encontramos con un documental llamado “Operación Esperanza”, del director Tom Cross, que examina el esfuerzo de búsqueda durante 40 días, que culminó con la emotiva e improbable reunión de una familia. Nos pareció interesante utilizar este ejemplo para analizar en esta serie de liderazgo colaborativo.
El 1 de mayo de 2023, un avión Cessna 206 se estrelló en la densa selva amazónica de Colombia. A bordo, iban tres adultos y cuatro niños. Aunque el accidente cobró la vida de los tres adultos, los niños sobrevivieron y comenzaron una odisea que duró 40 días, no solo poniendo a prueba su resistencia, sino también la capacidad de colaboración entre comunidades que anteriormente no han sido capaces de poner sus diferencias a un lado para trabajar juntas.
Uno de los aspectos más fascinantes del rescate fue la colaboración entre los indígenas nativos y el ejército colombiano. Históricamente, estas comunidades han tenido relaciones tensas debido a conflictos territoriales y diferencias culturales. Sin embargo, en esta misión, ambos grupos se unieron con un objetivo común: salvar a los niños.
Los indígenas, con su profundo conocimiento de la selva, jugaron un papel crucial en el rastreo de los niños. Utilizaron sus habilidades ancestrales para seguir pistas que el ejército no podría haber identificado. Por su parte, el ejército aportó recursos tecnológicos y logísticos, como helicópteros y equipos de comunicación, que ampliaron significativamente el alcance de la búsqueda.
¿Qué lecciones nos entrega este increíble caso?
Sobre confianza: A pesar de sus evidentes diferencias, la colaboración se basó en el convencimiento de que ambas partes estaban igual de comprometidas. Esto permitió una base de confianza mutua fundamental para la “sociedad”.
Sobre apertura y respeto: En un principio, el ejército se negó a aceptar la ayuda de los nativos, sin embargo, a medida que avanzaba la operación, descubrían todos los aspectos en los cuales los indígenas podían aportar o incluso hacer un mejor trabajo. Los métodos que utilizaron los indígenas para rastrear no solo estaban basados en su entendimiento de la selva, sino también, magia aprendida de sus antepasados. La apertura y el respeto de parte del ejército dieron espacio para estas metodologías tan distintas a las suyas.
Sobre aprovechar las fortalezas individuales: Como dijo el mismo líder de la operación, Pedro Arrulfo, "La colaboración entre el ejército y las comunidades indígenas fue crucial. Sin su conocimiento ancestral de la selva, nuestra tecnología y esfuerzos hubieran sido insuficientes."
La historia del rescate en el Amazonas nos muestra que un propósito común puede unir a comunidades y organizaciones para lograr lo extraordinario, aún cuando las probabilidades de éxito sean menor a 10%.
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